La lata, el envase que eligen cada vez más bebidas

Bebidas azucaradas (Pexels).
Bebidas azucaradas (Pexels).

El formato llegó a las bebidas alcohólicas en el siglo XX y su vigencia se mantiene inalterable. El vino y los otros productos que se acercaron al aluminio.

Los envases de aluminio o latas se encuentran presentes en todos los segmentos de la industria gastronómica, mayoritariamente asociados a las conservas y los líquidos.

Las bebidas, alcohólicas o no, se envasan en estos pequeños recipientes que tienen virtudes logísticas, ecológicas y hasta de marketing. Cada 19 de enero se celebra el día en homenaje a estos envases. Es una excelente oportunidad para hacer un repaso sobre cómo llegaron estos formatos de bebidas a popularizarse tanto.

Desarrollo

La lata de aluminio llegó a las bebidas hacia el siglo XX y para revolucionar definitivamente la industria por su facilidad de fabricación, su capacidad de reciclado y reutilización. Sin embargo, el aluminio ya se utilizaba en alimentos un siglo antes. El primer diseño patentado fue en 1810 en Europa, cuando el británico Peter Durand utilizó un formato cilíndrico para sellar alimentos.

Latas de bebida en la antigüedad.
Latas de bebida en la antigüedad.

A mediados del siglo XX, en 1935, llegó al mercado la primera lata de bebidas comercial de la historia. Fue diseñada por la cervecería Krueger de Nueva Jersey. Esta lata cerrada a presión tenía dos formatos: completamente cerrada y la que venía con tapa a rosca. Podía transportarse con facilidad, era ligera y resistente. Además, permitía imprimir mejor la imagen de marca. Tuvo un gran éxito en el mercado.

Latas de la cervecería Krueger, la primera en experimentar con este envase.
Latas de la cervecería Krueger, la primera en experimentar con este envase.

Este formato tuvo tanto atractivo que otras marcas comenzaron a comercializarlo y se diseminó por todo el mundo. La industria de las bebidas gaseosas azucaradas le dio un nuevo impulso. Fue la empresa PepsiCo la primera en experimentar con la lata a finales de la década del 40′. Coca Cola (gigante de la industria ya para la época) desembarcó en la lata en 1959.

Luego, en la década de 80′, llegó el sistema Stay-Tab para revolucionar la industria de las latas, porque le aportó facilidad de uso y contribuyó a la masificación. Ya no era necesario producir latas con tapa ni destaparlas con abrelatas.

El producto ya quedaba listo para la globalización y para abrirse a más tipos de bebidas como el vino.

Vinos en lata. (Foto: Pablo López)
Vinos en lata. (Foto: Pablo López)

En la actualidad, no solo las gaseosas y cervezas se envasan en este formato. Otras industrias comenzaron a ver en el envase varias virtudes compatibles con las tendencias de consumo de la actualidad.

Algunas empresas prueban con cócteles ya preparados envasados en lata, listos para beber, como sugieren muchos estudios de mercado que concluyen en la importancia de este valor para el consumidor. Por ejemplo, cada vez se advierten más gin tonics comercializados en este formato.

El vino

La industria vitivinícola advirtió la necesidad de comenzar a explorar nuevas formas de venta para atraer a nuevos consumidores. Así es como experimentó en la lata y encontró buenos resultados. La facilidad de consumo llegó primero para los vinos más frescos y destinados al consumo nocturno pero hoy en día cualquier tipo de vino puede ser envasado en lata.

El vino en lata tuvo su auge en 2020 y las bodegas comenzaron a fortalecer sus propuestas, pero los datos del INV muestran que el año pasado esa verborragia puso pausa.

Según datos de noviembre, durante ese mes se vendió un 35% menos litros que el mismo mes del año pasado. Si bien la tendencia es al estancamiento, el cierre del año sigue mostrando un crecimiento del producto, que vendió un 65% más litros de vino en 2021 que en 2020.

La lata celebra su día y sus años de historia y vigencia. Cada vez más industrias encuentran un atractivo en ella y su crecimiento es sostenido.

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