El propósito de comunicar sobre viticultura

Foto: Ignacio Blanco / Los Andes
Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

Como bien sabemos, la noticia es un reflejo de la sociedad. Es una manifestación de los asuntos e intereses, una ventana abierta al mundo en el cual los comunicadores tratamos de informar sobre la actualidad, temas específicos, temas generales y mucho más.

Digo en el título “El propósito de comunicar sobre viticultura”. Comprendo que es bastante amplio, ya que la viticultura, vinicultura o vitivinicultura es la ciencia del cultivo de la vid para usar las uvas en la producción de vino o de otros productos. Es una rama de la ciencia de la fruticultura; sin embargo, los periodistas nos hemos adueñado de la palabra para referirnos al tema.

Desde que, hace muchísimos años, don Raúl de la Mota me invitó a un curso de degustación y cata de vinos para periodistas en el INV, se abrió un mundo nuevo en mi panorama de información. Mis programas se referían a variedad de temas pero no sobre la vid, el vino, las bodegas y todo lo multifacético de esta producción y elaboración. A partir de entonces se despertó mi devoción por la “pequeña” uva.

La objetividad de la información es una exigencia de honestidad intelectual en la tarea profesional de los periodistas. Cuando recorro una bodega esta premisa se extiende, sumada a la admiración de lo que observo y la información que ofrece el enólogo, o el dueño de la bodega. Escuchar sus palabras apasionadas sobre lo que hacen, la historia de la bodega, a veces ancestral, otras nuevas por la adquisición del emprendimiento, pero siempre movidos por la vocación. Eso es lo que deposito en las entrevistas o comentarios del programa, con mucha pasión para transmitir con sinceridad lo que siento y que llegue al público.

Se dice que el comunicador es el que tiene una gran capacidad para transferir a los demás sus opiniones y para conectar con la gente. Eso es lo que trato de realizar a través de mi programa de radio. Reitero mi admiración de las dimensiones de un pequeño fruto como es la uva a una gigantesca industria que moviliza a miles de personas con trabajo, actividades esenciales, arquitectura, ingeniería, biología, bromatología, industrias imprescindibles como la madera, el vidrio, cartón, corchos, papel y cantidad de otros insumos.

Relacionada con el enoturismo, exportaciones, comercio, hoteles, restaurantes, empresas, y que da empleo a cientos de personas.

Es una bendición vivir en esta provincia y tener una visión integral del desarrollo increíble de Mendoza. Las raíces de los mendocinos se basan en esta tierra que, como todos sabemos, era un desierto agreste, un secano. Los aborígenes que la poblaron dejaron sus “construcciones” como modelo para aprovechar el agua que mana de la cordillera transformada en ríos, arroyos, lagunas y todo tipo de cauce que la tecnología, la capacitación y la ciencia hizo que se utilizara cada vez mejor los recursos modernos.

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Mi interés en emitir a los demás sobre el esfuerzo, el sacrificio, la angustia por lo insondable de la naturaleza, los altibajos del mercado, leyes o tributos exigentes, problemas de exportación o importación de insumos y por sobre todo, la enorme alegría y satisfacción de los premios logrados, medallas de oro, plata, menciones, jerarquías como mejores winemakers por la excelencia de la elaboración, es mi “deber” de comunicadora de relacionarlo a través de la difusión de estos acontecimientos felices y los no tanto. Esta información, a su vez, convoca a que el oyente, televidente o lector del diario valorice las labores que ejecutan y así, despertar el asombro.

Sumado a la comunicación sobre amenazas o peligros como heladas, piedra, granizo, viento zonda, etc.

Por otra parte, difundimos el enoturismo pensando en orientar a los turistas que visitan Mendoza y como tributo a las bodegas que se esfuerzan día tras día, no solo en elaborar con creciente calidad, sino también que han sumado este enoturismo para satisfacer indagaciones que el extranjero y el ciudadano argentino desean conocer.

La curva de aprendizaje sobre esta bebida es un largo camino para los que no somos profesionales académicos del tema. La pasión por el vino no aparece de un día para otro, se va enriqueciendo poco a poco junto al asombro de lo que logran y cómo. Nos pueblan los especialistas de anécdotas increíbles como a veces por casualidad o causalidad obtienen los 100 puntos anhelados o cercanos a este soñado puntaje.

El sortilegio del vino comenzó a ser importante para la humanidad desde aún antes que Noé elaborara uno de los primeros vinos.

Los enólogos o quienes procesan una bebida para disfrutar y evaluar determinan sorprender en cada botella el desafío creativo del que se esforzó para alcanzar la perfección.

Cuando apreciamos los aromas que conjugan frutas de excelencia en vinos y acompañamos con los cinco sentidos todas sus cualidades específicas que asombran, nos alegra y sentimos orgullo por compartir la información de nuestra industria madre.

Finalizo con un fragmento de mi autoría:

“Soy el vino”

“…La sombra de los viñedos mitiga el agua tibia de las acequias. Mira dentro del cáliz de cristal, allí puedes ver mujeres cortando uvas sabrosas con bocas moradas, bocas que besan. Contempla las manos callosas cortando el fruto morado y verde. Oye los rasgueos de guitarras, el agua cantarina entre hileras y parrales. Percibe el hechizo. …Detrás hay vida, hay agua, hay viento Zonda, lluvia y granizo…Desnúdame despacio con tus sentidos…Los racimos somos acunados por la luna y nos despierta el ardiente sol. Soy lo excelso. Soy, el vino... "

*La autora es socia fundadora de AMUVA (Asoc. Mujeres del Vino de la Argentina). Locutora Nacional Mat. 2221. Periodista especializada en Comunicación Institucional, Corporativa.

https://www.facebook.com/AmuvaArg

https://www.instagram.com/amuvaargentina/?hl=es-la

“Las opiniones vertidas en este espacio no necesariamente coinciden con la línea editorial de Diario Los Andes”.

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