Espumosos y sidras: las claves de su elaboración, características y las mejores opciones desde $350

Ignacio Blanco / Archivo Los Andes
Ignacio Blanco / Archivo Los Andes

Estos clásicos de los brindis han logrado crear nuevos momentos de consumo gracias a la evolución de su calidad.

En esta época del año, una de las compras obligadas es la bebida para el momento del brindis. Allí, sin dudas tenemos dos grandes clásicos que se llevan toda la atención: los vinos espumosos y las sidras. Y aunque por su packaging puedan ser a simple vista parecidos, son dos productos completamente distintos, aunque guardan algunas semejanzas.

Más allá de que ambas bebidas están asociadas a los festejos, en el último tiempo, las dos han ganado nuevos momentos de consumo y ya es normal ver un espumoso acompañando algún menú gastronómico o la sidra servida como aperitivo. Por eso, en esta ocasión Los Andes te trae algunas opciones para que puedas disfrutar en cualquier momento.

Una tradición centenaria en la elaboración de espumosos

Un fenómeno que se ha dado en este 2021 es que después de cinco años volvió a crecer en el país el consumo de vinos espumosos. Leticia Arena, sommelier y directora de Marketing de Bodega Séptima, lo atribuyó “a las ganas de festejar, al reencuentro, al poder volver a vernos cara a cara, a valorar el momento presente y dejar de guardar cosas para más adelante, no hay dudas de eso. El vino es un producto tremendamente emocional y el espumoso más”.

“El espumoso ha recuperado momentos de consumo que había perdido, por ejemplo, respecto a la cerveza artesanal”, argumentó quien también es docente de la Escuela Argentina de Sommelier. “Más allá de que los argentinos estamos más acostumbrados a los vinos tranquilos, somos grandes tomadores de burbujas. Es una bebida asociada al festejo, cuando uno escucha el descorche, casi siempre lo asocia a la alegría y cosas con connotaciones emocionales positivas”, agregó.

En este sentido, la bodega perteneciente al grupo español Raventós Codorníu, completó recientemente su línea de espumosos con María Codorníu Handcraft Brut, un blend elaborado a partir de uvas Pinot Noir en 80% y 20% Chardonnay. “La elección de tener una marca como Codorníu tuvo que ver con lo que pasaba en Champagne a fines de 1800 y poder entender por qué la gente tomaba tanto champagne. Después derivó en la elaboración de un Cava, que es la Denominación de Origen española”, dijo Arena.

¿Qué ha hecho que los espumosos sean la bebida preferida a la hora del brindis? Para Leticia Arena es porque tienen características muy importantes. “Primero, es un producto aperitivo, porque generalmente son secos. Eso los hace fácil de tomar y hasta gastronómicos. Por otro lado, y fundamental, es la refrescancia que le aportan las burbujas. Esto los hace más atractivos para cualquier momento, incluso en la comida”, argumentó.

Al momento de hablar de espumosos de alta gama, lo que prima es la calidad de las uvas. “Es lo primero que miramos”, planteó la directora de Marketing de Bodega Séptima. “Todo lo que usamos es Pinot Noir y Chardonnay, uvas de alta calidad enológica, con bajos rendimientos y de terruños destacados, algo que marca la diferencia. Lo otro es el saber que aplicamos en la segunda fermentación. La experiencia española de más de 400 años, la volcamos acá en Argentina y con Séptima elaboramos los María Codorníu con métodos charmat y champenoise. Tener ese nombre es un gran compromiso, porque en España se elaboran 42 millones de botellas con la marca Codorníu”, añadió.

Sobre los tiempos que demora hacer este tipo de productos, Arena declaró: “Para hacer un buen producto, cómo mínimo necesitamos todo el año en la finca para el ciclo de la uva. Después, tenemos dos meses de elaboración del vino y otros dos de la toma de espuma como mínimo si hablamos de charmat y un año más si es champenoise. Para poner en dimensión, por menos de $1.000 la gente se lleva un producto que lleva como mínimo un año y medio de trabajo y tiene una muy alta calidad”.

Estos clásicos de los brindis han logrado crear nuevos momentos de consumo gracias a la evolución de su calidad.
Estos clásicos de los brindis han logrado crear nuevos momentos de consumo gracias a la evolución de su calidad.

El auge de la sidra artesanal

Con Asturias como meca en el mundo, tal como lo explicó Rodrigo Kohn, sommelier de Vino Bien, la sidra hoy en día se ha puesto de moda en España y otros lugares, algo que de a poco va llegando a Argentina. “Allá encontramos sidrerías y desde hace rato se viene hablando del tema. En el país, sobre todo en la región patagónica y Mendoza, son destacadas por las manzanas que son la materia prima”. sostuvo.

El auge ha sido tal que es posible encontrar hoy en días varias etiquetas locales que el sommelier ha pensado incorporarlas en su local. “La sidra, así como también está pasando con los espumosos, presenta un packaging, como la lata o botellas más pequeñas. También hay un impulso de la elaboración de distintos tipos de sidra, como la ‘dry’, y del estilo artesanal”, argumentó sobre el crecimiento de la bebida.

Incluso, Argentina es el sexto país del mundo en consumo per cápita, y los niveles de crecimiento se dan en contextos en los que siempre están presentes otras bebidas como la cerveza y los aperitivos. “Hay una tendencia muy fuerte a buscar y probar nuevos sabores en bebidas de baja graduación alcohólica. La sidra en ese sentido es una opción dulce, muy refrescante, ligera y natural, proviene de la manzana. Las sidras líderes del mercado 1888, Real y nuevas marcas como Pehuenia además están certificadas como productos sin tacc, con lo cual son una opción ideal para aquellos que no pueden o no desean consumir bebidas con gluten”, aseguró Vanina de Martino, Gerenta de Marketing de Sidras, Vinos & Spirits de CCU Argentina.

Parecidos por fuera, distintos por dentro

“Aunque su botella es muy parecida, hablamos de dos productos muy distintos”, aclaró Leticia Arena. En tanto, Rodrigo Kohn aclaró que la principal diferencia es la materia prima, ya que uno se elabora a partir de uvas y el otro a partir de manzanas.

El sommelier de Vino Bien explicó: “Los dos son productos que tienen una fermentación, pero se diferencian en varios aspectos. Uno es el nivel de azúcar, que también está determinado por el momento de cosecha. Asimismo, los espumosos tienen una segunda fermentación, ya sea con método charmat o champenoise, donde se agrega azúcar sobre el licor de expedición, algo que en la sidra no pasa”.

Asimismo, los productos tienen algunas otras semejanzas: “En las sidras dependiendo del tipo, queda en contacto con las lías, lo mismo que sucede con los vinos espumosos, pero no se da en todos los casos”.

Por último, Kohn opinó: “La sidra yo la utilizo más como un aperitivo, en un momento más descontracturado, mientras que el espumoso se asocia más al brindis, la celebración, los postres o una comida”.

Diez espumosos y sidras para comprar desde $350

Siguiendo un orden creciente de los precios, te presentamos algunas alternativas de sidras y espumosos que se pueden conseguir en una variada gama de precios.

  • Sidras Pehuenia (500 ml) - $360
  • Sidra Real Etiqueta Negra - $400
  • Pumalek Lambrusco Grasparossa Brut Rosado - $597 (disponible en Tienda Los Andes)
  • Sidra artesanal Zedryc - $600
  • 1888 Rosé (750 ml) - $720
  • Montchenot Extra Brut - $878 (disponible en Tienda Los Andes)
  • María Codorníu Handcraft Brut - $950
  • Pacto Wines Pinot Noir- Brut Nature - $1.790 (disponible en Tienda Los Andes)
  • Los Helechos Champenoise Extra Brut - $1.980 (disponible en Tienda Los Andes)
  • Baron B Héritage Cuvee Prestige – Edición 001 - $ 5.400

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