Philippe Caraguel sobre la calidad de los vinos: “lo que ofrece Argentina no lo ofrece ningún país en el mundo”

Bodega Atamisque
Bodega Atamisque

El director de Atamisque se refirió a la actualidad de la bodega y la industria en general en una entrevista completa.

Ingresamos en el mundo de la bodega Atamisque a través de su director o winemaker Philippe Caraguel. El ingeniero agrónomo y enólogo es responsable de los vinos de una bodega que suele cosechar reconocimientos nacionales e internacionales y está muy bien posicionada dentro de la vitivinicultura mendocina y nacional.

La bodega colabora en un proyecto de su propietario Jean Etienne Beaune en conjunto con Caraguel, de nombre Clos Abanicos, que incluye la línea de espumantes del entrevistado -lanzamiento pautado para este sábado-.

La personalidad de los vinos de la bodega Atamisque, la influencia del Valle de Uco y la actualidad de la industria en una completa entrevista.

-¿Cuál es la identidad de los vinos de Atamisque y qué los distingue?

-Nosotros hemos tenido un perfil que se ha mantenido constante y consideramos que ha sido muy acertado tanto en el mercado interno como en la exportación. Siempre nos valoraron por la elegancia, la intensidad de los vinos y el respeto de los perfiles varietales. Hemos mantenido esa línea históricamente y ha sido siempre un estilo muy valorado. No es traumático para nosotros hacer cambios porque entramos en un feedback muy bueno con el mercado. El estilo se ha mantenido.

-¿Cómo influye el Valle de Uco en la personalidad de los vinos?

-El Valle de Uco marca la personalidad de nuestros vinos. Se destacan por ser elegantes, profundos, con una buena acidez, que permiten guarda y a su vez son vinos muy vivaces con colores destacados, que caracterizan el perfil de los vinos del Valle de Uco y son muy valorados tanto en Argentina como en el mundo.

Nosotros tenemos el epicentro de la producción en San José, una zona de una agrometeorología privilegiada, porque tenemos la temperatura de madurez más baja del Valle de Uco, lo que nos permite tener una madurez progresiva y alcanzar niveles de acidez excelentes. Trabajamos con vinos de acidez natural, lo cual le brinda una gran calidad cromática y organoléptica.

-¿Considerás que el Valle de Uco está mejor posicionado que nunca?

-El Valle de Uco como región amplia se ha destacado y ahora se están encontrando indicaciones geográficas donde hay un gran valor y otras que se siguen descubriendo y desarrollando. Por ejemplo Altamira, Gualtallary, Chacayes, Los Árboles, El Peral. Cada una va a explotar sus cualidades y yo creo que esto está sucediendo hace un tiempo.

Nosotros estamos en gestión de establecer la indicación geográfica San José. Vamos a incluir también una plantación de viñedos en La Carrera (Tupungato). El desafío agronómico para tener una buena producción es el riego, que juega un rol fundamental.

-La no intervención del enólogo en el terruño es lo ideal. ¿En qué postura te considerás en ese debate?

-Considero que no hay que ser dogmáticos. En la búsqueda de exaltar la georeferencia, la no intervención o la intervención mínima es lo más querido y deseado. Pero ante contingencias climáticas adversas, la intervención es inevitable. La ventaja de la climatología que tenemos en nuestra vitivinicultura nos permite tender hacia la no intervención, pero asumiendo un control del proceso, no dejándolo al azar. Quizás utilizando métodos más físicos que químicos.

Fotos: Javier Ferreyra.
Fotos: Javier Ferreyra.

-¿Qué demanda el consumidor actual?

-El consumidor es cada vez más exigente, más inquieto. Desea buscar nuevas alternativas. Eso es un cambio muy valioso porque de a poco se va perdiendo el temor a cambiar marcas tradicionales. En esa búsqueda, lo que ofrece Argentina no lo ofrece ningún país en el mundo: buenos vinos con una oferta de precios imbatibles. Hay calidad en todos los segmentos de precios como en ningún país del mundo.

-¿Eso facilita la accesibilidad?

-Estimo que sí. La calidad es un bien ganado y una condición necesaria. Y también tiene que ver una comunicación que sea convincente para que el consumidor se desprenda de elitismos y mensajes soberbios, en los que se induce que para tomar vinos hay que saber. En realidad para tomar un vino hay que tener ganas.

-¿Qué valor le asignan a los puntajes?

-Los puntajes son algo más en la constitución de la imagen de marca. Es una ayuda relativa en determinados mercados y momentos. Uno no tiene que ser puntaje dependiente, sino tener una filosofía de elaboración de vinos y una comunicación propia. Los puntajes pueden eventualmente ayudarte. Si bien a nosotros nos ha ido muy bien en los puntos, me parece que el error es tener una obsesión respecto a la puntuación que muchas veces no se traduce después al éxito comercial.

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