Vinos: nuevas voces para seducir al consumidor del futuro

Comunicar el vino a los jóvenes con mensajes simples: este es el camino para que lo incorporen a su mundo, lo aprehendan y lo compartan.

Consumidores por excelencia, abiertos a la novedad, los jóvenes demandan nuevos códigos, están predispuestos al cambio y es aquí donde el vino debe presentarse divertido, refrescante y atractivo en su imagen y lenguaje.

Para muchos jóvenes, el vino llega de la mano de sus padres o abuelos. Hay otro camino para comunicarlo: apartarlo de aquellos valores que lo asocian necesariamente con las generaciones anteriores y ubicarlo en el mundo joven, movedizo y placentero. Pero, claro está, sin olvidar la memoria social, con sus tradiciones, sus historias y su filosofía.

En la mayoría de los países vitivinícolas con tradición, el vino es un elemento patrimonial del que sus habitantes obtienen no solo reconocimiento cultural y social, sino también un negocio de prestigio. En algunos países como España, Portugal, Francia, Italia, entre otros, existen asociaciones de jóvenes amigos del vino abocados a transmitir sus bondades entre sus pares. Son grupos con una cierta capacitación que brindan conocimientos a través de cursos, conferencias, estudios de nutrición y debates, además de realizar eventos culturales.

En Mendoza hubo un proyecto en el año 1994, de formar la Federación Argentina de Jóvenes Amigos del Vino, agrupación cuya finalidad sería la de promocionarlo.

En 1998 y siguiendo el modelo de países vitivinícolas de vanguardia, el INTA organizó las Primeras Jornadas de Capacitación Los Jóvenes y el Vino, entendiendo la necesidad de contar con un curso dirigido a ellos (18 a 30 años) para que el consumo inteligente y responsable llegase a este sector de nuestra sociedad. Nada mejor que aprender a tomar vino para concientizar sobre los límites y apreciar en el conjunto, sus características. Durante tres días se llevó a cabo una tarea sostenida de capacitación sobre conocimiento de regiones vitícolas, vides, vinos, iniciación a la degustación y aromas, entre otros. En el año 2000, esta experiencia se repitió durante una semana en la Universidad Nacional de Cuyo, con alumnos de los últimos años de todas las carreras.

La autora Silvia Avagnina
La autora Silvia Avagnina

Esta capacitación debería continuar y ser generada desde el ámbito que mejor puede expresar el conocimiento: la bodega. Desde hace algunos años, las bodegas comenzaron a abrir sus puertas al turismo, no solo con restaurantes sino también ofreciendo visitas guiadas. Hoy se vislumbra un mayor interés de la juventud por esta bebida. Nombres extravagantes y divertidos en las etiquetas, vino en latas con atractivos diseños, menor graduación alcohólica, más fruta para seducir, vino con burbujas, todo esto que ha comenzado a implementarse hace que los jóvenes se sientan protagonistas. El gran enólogo Marcelo Pelleriti (vecino de Chacras) llega a ellos con el rock, una interesante propuesta de acercar el vino a los jóvenes en ese mundo tan propio.

Si bien el vino tiene que competir con bebidas que ya pertenecen al mundo joven, posee fundamentos de sobra para ganar terreno y quedarse. Es una bebida social y el desafío está en comprometer a más personas; por eso más que importante es formar jóvenes capaces de distinguir y apreciar esta bebida.

*La autora es Enóloga, ex Investigadora en Vitivinicultura y Enología del INTA. Especialista en Análisis Sensorial y socia de A.MU.V.A.

Nota: El presente artículo es extraído del publicado por la autora en Correveidile La Voz de Chacras el 19 de Febrero 2021.

Las opiniones vertidas en este espacio no necesariamente coinciden con la línea editorial de Diario Los Andes”.

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