Se formó en Napa Valley, Francia y España, ahora volvió a Mendoza para hacer su propio espumante: “Malpensado”

Con 32 años recién cumplidos, Constanza Gaitieri es una jóven enóloga mendocina que apuesta por productos diferenciales. Su línea cuenta con siete espumantes y un Cava en España.

Constanza Gaitieri es, además, una de las caras nuevas del espumante argentino, de la mano de un producto novedoso y fresco que sigue creciendo: Malpensado Sparking Wines.

-Sos muy joven y ya tenés una interesante trayectoria, ¿cómo comenzaste tu camino en la enología?

-Comenzó en el Liceo Agrícola y Enológico, que me impulsó a seguir estudiando la carrera de Enología. En primer año de la Facultad realicé mis prácticas en la bodega Carmelo Patti y fue allí donde me contagió su pasión y terminé de confirmar que el mundo del vino era lo que me gustaba. Ahí puedo decir que me enamoré del vino.

-Contanos un poco acerca de tu carrera profesional...

-Por suerte, y lo que más me marcó, fue que tuve la oportunidad de viajar mucho por el exterior, formándome en Napa Valley (California), donde viví dos años. También me formé en Francia, durante un año, y otros dos años más en España. En Mendoza puedo nombrar mi paso por Nieto y Senetiner, Dante Robino y Zuccardi, fundamentalmente.

-¿Cómo surge Malpensado? ¿Cuáles son sus características?

-Empezó cuando yo vivía en Tarragona, España, donde estuve haciendo una Maestría en Vinos Espumantes en una Universidad cerca de Barcelona. Tenía un viaje de una hora de ida y una hora de vuelta en tren, y allí fue donde empecé a desarrollar esta idea en una agenda. Nos daban muchas clases de emprendedurismo y eso me motivó a armar mi propio proyecto.

Luego, cuando volví a la Argentina, hace unos 4 años, empecé a concretar mi espumante. Una de las características de Malpensado es la elaboración por método tradicional pero con variedades no convencionales para espumantes, como Syrah rosado, Pinot Grigio, Roussanne y Marsanne…

La idea es seguir probando variedades nuevas; este año junto al INTA y en el marco de mi tesis de la maestría estamos haciendo dos espumantes con uvas criollas autóctonas de nuestro país.

-¿Por qué un espumante y no otro producto?

-Fundamentalmente, porque en España me desarrollé mucho en ese tema, y quería practicar todo lo aprendido en teoría. Fue un desafío empezar “de atrás para adelante”, ya que habitualmente el espumante es el que completa el portfolio de una bodega.

-¿Creés que tu vino ha servido para aggiornar el mercado de los espumosos?

-Pienso que, como es muy versátil, me permitió ir llegando de a poco a un público más joven. El nombre que elegí, “Malpensado”, también es atractivo para los Millenials y muchos jóvenes se han entusiasmado con el espumante. Mientras que al público de más edad, llego por la calidad de mi producto.

Cuando voy a ferias mucha gente dice que no toma espumante, pero al insistirles y probarlo se terminan copando mucho y comprando. Es un trabajito “de hormiga”, quizás más difícil que vender vinos tranquilos, pero finalmente el público lo acepta con gusto. Hoy mi línea cuenta con 7 espumantes y tengo Cava en España, con una pequeña producción, hace 3 años.

-¿Qué estás pensando para tu próximo proyecto?

Actualmente me sigo formado porque me gusta mucho estudiar y estoy haciendo una maestría de Viticultura y Enología aquí, en Mendoza.

Para mi siguiente producto elegí probar con un vino tranquilo y poner en práctica todo lo que aprendí en Napa sobre vinos de alta gama. Estoy empezando con una marca nueva, “Dark”, con la cual estoy desarrollando dos Malbec (uno de Russell, Maipú, y otro de Gualtallary bajo).

Próximamente podrás conocer y adquirir los espumantes de Malpensado Sparkling Wines en Tienda Los Andes.

COMPARTIR NOTA