Ultrasonido para hacer mejores vinos y disminuir el impacto ambiental

Ultrasonido para hacer vino y combatir el cambio climático.
Ultrasonido para hacer vino y combatir el cambio climático.

Se trata de una máquina que se destaca por su capacidad de adaptarse a condiciones adversas, como son las vendimias anticipadas que se están volviendo comunes debido a las alteraciones climáticas. ¿De qué se trata?

El mundo de la vinificación está experimentando una continua evolución, especialmente en respuesta a los desafíos planteados por el cambio climático. En este contexto, las bodegas están buscando soluciones innovadoras que les permitan mantener la calidad de sus vinos sin comprometer los principios de sostenibilidad.

Una de las respuestas más destacadas a esta necesidad es un sistema que integra la tecnología de ultrasonidos en el proceso de vinificación, desarrollado por Grupo Agrovin en colaboración con importantes instituciones académicas.

Este sistema se destaca por su capacidad para adaptarse a condiciones adversas, como las vendimias anticipadas cada vez más comunes debido al cambio climático. Si bien estas vendimias tempranas pueden ayudar a controlar el grado alcohólico del vino, presentan el desafío de mantener un perfil polifenólico adecuado, fundamental para la calidad del producto final.

El ultrasonido colabora con un proceso de vinificación más amigable con el medio ambiente.
El ultrasonido colabora con un proceso de vinificación más amigable con el medio ambiente.

La maquinaria desempeña un papel fundamental al permitir una extracción eficiente y rápida de polifenoles y polisacáridos, incluso en condiciones no ideales.

Cuál es la clave del uso de esta maquinaria

Uno de los aspectos más relevantes de esta tecnología es su capacidad para reducir significativamente el tiempo de maceración. Tradicionalmente, este proceso puede prolongarse, lo que a veces resulta en la extracción de taninos no deseados, conocidos como “taninos verdes”. Este sistema evita este problema, permitiendo que las bodegas obtengan un vino de calidad en menos tiempo y con un menor consumo energético. Esto no solo mejora la eficiencia de la producción, sino que también contribuye a reducir el impacto ambiental, con reducciones de hasta un 15% en el uso de energía.

La implementación de esta tecnología no se limita a una región específica; bodegas de diferentes partes del mundo ya están beneficiándose de sus ventajas. Los ensayos realizados han mostrado resultados prometedores, como un aumento del 35% en la extracción de antocianos, un 40% en taninos y un 30% en oligosacáridos y polisacáridos, todos indicadores clave de calidad en los vinos.

Cómo impacta en el proceso de vinificación

Además de sus beneficios directos sobre el proceso de vinificación, la utilización de este método también tiene un impacto positivo en el producto final. Los vinos elaborados con esta tecnología tienden a ser más aromáticos y estructurados, con un mejor cuerpo y respetando el carácter varietal de la uva. Esto es fundamental para mantener la identidad de los vinos, que podría verse comprometida por técnicas de producción más invasivas.

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