Alejandra Gil Posleman: “Los visitantes quieren agarrar una tijera y ponerse a cosechar”

Alejandra Gil Posleman
Alejandra Gil Posleman

Las nuevas tendencias en enoturismo y el desafío de gestionar la pandemia a través de una charla con la gerente de Rosell Boher Logde.

La bodega Rosell Boher es una referencia del enoturismo en la provincia. Cuenta con más de 20 años de trayectoria ofreciendo un destino a mendocinos, argentinos y extranjeros. Tiene villas de lujo y un espacio gastronómico de excelente calidad que en 2020 fue elegido el mejor restaurante de bodega del mundo por Great Wine Capitals.

La bodega es propiedad de Pablo Torres García y Matías Torres García. De la enología se encarga Alejandro “Pepe” Martínez en conjunto con Nicolás Calderón. El jefe de cocina es Leo Giaconi y por supuesto el proyecto se sostiene gracias al aporte de los empleados. Todo bajo la gerencia de Alejandra Gil Posleman, con quien dialogamos sobre la administración de la pandemia y las expectativas de la temporada.

Alejandra Gil Posleman
Alejandra Gil Posleman

¿Cómo viene el nivel de reservas?

Muy bien. Venimos con ocupación full house (100%) en enero, febrero y marzo en las villas. En mayo y junio vemos que va avanzando. La diferencia es que en otros años eran la mayoría turistas extranjeros a partir de marzo cuando empieza el frío en otros países. Pero ahora el nivel de turismo nacional es notable. Los argentinos superan el 85% de nuestra ocupación. Y lo importante es que provienen de distintas partes que antes no veíamos, como Catamarca, Corrientes, Santiago Del Estero, el Sur.

¿Esto es un proceso que nació con la pandemia?

Claro. Creo que antes la gente estaba dispuesta incluso a invertir más para salir del país. Se iban a Chile, Estados Unidos, Europa, etc. Es la gente que hoy está recorriendo el país. No creo que se hubiese desarrollado tanto el turismo nacional dentro del país sin las restricciones.

¿Tuvo que cambiar la estrategia comercial en esta época?

Las tarifas de hotelería fueron siempre iguales, con las respectivas actualizaciones. Sin embargo, lo que sí modificamos como estrategia comercial en el inicio de la pandemia fueron los precios y paquetes para mendocinos. Lo que permanece aún hoy.

Vista aérea de Rosell Boher Logde.
Vista aérea de Rosell Boher Logde.

¿Creés que la oferta enoturista en general está cambiando?

Yo creo que sí. Viene toda una tendencia nueva desde los estilos de vinos, los ingredientes en la gastronomía, etc. Está más relajado. Todo pasa por la experiencia. Los visitantes quieren agarrar una tijera y ponerse a cosechar, conocer a los cosechadores, pisar la uva, hacer su propio asado en las villas. Es un cliente que quiere explorar, experimentar, aprender y no la parte técnica sino lo que a ellos más les atrae o les gusta del vino. Nosotros hemos adaptado la oferta en virtud de eso.

¿Este cambio trae nuevos clientes?

Por ejemplo ahora tenemos experiencias para la familia, en las cuales los padres hacen la degustación y los niños dibujan las etiquetas del vino. Antes era raro ver niños en estos lugares. Ahora tenemos familias en forma permanente y por eso hemos modificado las instalaciones para recibirlas. Otra cosa que cambió mucho es la llegada de grupos de amigos o de parejas amigas que salen de vacaciones juntas. El ratio etario ha bajado un montón y ahora hay muchos grupos de jóvenes que vienen a conocer la bodega.

Una bodega Kids friendly. (Foto de Marcelo Aguilar para La Nación)
Una bodega Kids friendly. (Foto de Marcelo Aguilar para La Nación)

¿Qué representa para el equipo los reconocimientos recibidos?

Es muy importante por el trabajo de todos los días. Sin dudas no solamente es una herramienta que puede usarse como marketing sino que también para nosotros es una especie de medición, de vara o sensor de hacia dónde vamos, qué estamos haciendo y cómo lo estamos haciendo. Que alguien de afuera reconozca el esfuerzo de cada día es importante.

¿Cuáles son los principales desafíos en el marco de ese camino?

Nosotros ahora estamos trabajando mucho en sustentabilidad. En el concepto de hoteles más verdes. Eso implica el tratamiento de la basura, el cuidado del agua, el consumo de energía, estamos sacando el papel de todos lados y midiendo el triple impacto. Pudimos conseguir la certificación de hoteles más verdes y ahora estamos tratando de terminar la certificación de empresa B. Lo más difícil es hacer que todo el personal lo adquiera como rutina.

Rosell Boher Logde
Rosell Boher Logde

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