Gestionando el futuro del vino argentino

Gestionando el futuro del vino argentino, por Martín Hinojosa. - Foto: Ignacio Blanco / Los Andes
Gestionando el futuro del vino argentino, por Martín Hinojosa. - Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

Creo que la vitivinicultura, como economía regional con gran potencial exportador, tiene un futuro próspero. El desafío es grande y necesita de sus dirigentes, referentes y funcionarios públicos compromiso para defender su importancia productiva y comercial.

Se cumplen 10 años de la Ley Nº 26.870 que declara al Vino Argentino Bebida Nacional. El vino nos representa en el mundo y nos enorgullece.

Es muy importante tener en cuenta lo que significa esta actividad para el desarrollo productivo del país como economía regional del Oeste Argentino, en especial para Mendoza y San Juan, que representan más del 90% del desarrollo vitivinícola del país.

Es una actividad presente en 19 provincias, con 207.000 hectáreas cultivadas y 23.090 viñedos en manos de más de 15.900 productores.

En el sector industrial se encuentran registradas más de 1.200 bodegas, 104 fábricas de espumoso, más de 1.500 elaboradores de vino casero y artesanales.

La vitivinicultura es, asimismo, un sector que tracciona otras actividades económicas como el turismo, la cultura, el comercio y otros servicios como insumos secos, marketing, diseño, logística, generando mano de obra y valor agregado.

Es el complejo agroindustrial que genera mayor empleo: 72 trabajadores cada 100 hectáreas cultivada.

Detrás de cada botella de vino hay trabajo, hay arraigo, hay cultura, en fin bandera.

Por esto, cuando asumí la responsabilidad de conducir un organismo tan importante con prestigio nacional y mundial como el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), me propuse potenciarlo como protagonista en las definiciones estratégicas para el sector.

En estos cuatro años hemos trabajado en favor del sector, siempre escuchando y consensuando. Estoy convencido que esa es la manera de trabajar y de construir.

Les cuento algunos logros:

  • Duplicamos reintegros a las exportaciones y eliminamos las retenciones vitivinícolas. Después de muchos años de reclamos del sector, lo logramos.
  • Desbaratamos operaciones fraudulentas en la frontera argentina. Apoyando y defendiendo a quien hace las cosas bien en la industria.
  • Salvamos al mosto argentino en su principal mercado. Junto con Cancillería, Cámaras y la Secretaría de Agricultura de Nación, evitamos las sanciones por dumping a las exportaciones de mostos argentino a Estados Unidos.
  • Concretamos Proviar II, un financiamiento de U$S 50 millones de para mejorar la competitividad del sector. Trabajamos junto al sector (COVIAR, Bodegas de Argentinas, entidades y productores de todo el país) para logar un objetivo planteado hace más de 8 años. Hoy PROVIAR II es una realidad, siendo el mayor financiamiento para una economía regional.
  • Digitalizamos y modernizamos el INV. Generamos procedimientos ágiles y novedosos como el Sistema de Declaraciones Juradas Online para garantizar genuinidad y calidad de los productos vitivinícolas. También creamos el Sistema de Localización Varietal.
  • La información vitivinícola a disposición del sector. Creamos el Laboratorio Estadístico, con informes específicos para la toma de decisiones de todos los actores vinculados a la vitivinicultura, como entidades, gobiernos nacionales y entidades internacionales.
  • Representamos ante Organismos Internacionales (OIV, GMCV) nuestros productos, nuestras bodegas y nuestros productores. Consensuamos prácticas enológicas y trabajamos en la eliminación de barreras para-arancelarias.
  • Hacer Más: Procrear INV. Gestionamos por encima de la grieta, y junto al Municipio de Guaymallén, inciamos un procrear de más de 500 viviendas, en un terrero en desuso que tenía el INV, beneficiando en forma directa a los empleados del organismo y a los mendocinos en general.

Entiendo que lo más importante para un dirigente vitivinícola es estar en contacto con productores, bodegas, con los referentes de sector. El contacto diario y permanente permite tomar decisiones consensuadas, que responden a necesidades reales del sector.

El contacto y conocimiento permite proyectar el futuro del sector vitivinícola. Soy de los que cree que se gestiona desde el terreno y no desde el escritorio. Estoy convencido que la vitivinicultura se la debe proyectar con una mirada estratégica, moderna y con eje comercial.

Siempre he estado y estaré trabajando, con compromiso y profesionalismo, para el sector. Entiendo que vienen muy buenos años para la vitivinicultura argentina si nos animamos a seguir teniendo el espíritu emprendedor que nos caracteriza.

Creo que la vitivinicultura, como economía regional con gran potencial exportador, tiene un futuro próspero. El desafío es grande y necesita de sus dirigentes, referentes y funcionarios públicos compromiso para defender su importancia productiva y comercial. En esto es clave el acompañamiento del sector público, siempre trabajando en sinergia con el sector privado, para que con sus distintas herramientas promueva la incorporación de más pymes exportadoras. El desafío final es que nuestros productores tengan rentabilidad y no sean la variable de ajuste de la cadena de valor.

¡Tenemos que festejar en festejar grandes cosechas!

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